Muchas de nosotras hemos usado indistintamente la palabra “Liderazgo” para referirnos a “eso” que corresponde a las posiciones de poder o autoridad en las organizaciones; y en ese contexto, estamos hablando de algo que compete tan solo a algunas personas y no a todos los seres humanos.
Sin embargo, la realidad es que el concepto ha evolucionado particularmente en los últimos 50 años, tiempos donde la manera de trabajar, relacionarnos y comunicarnos ha cambiado de manera impredecible.
Hace 6 años tuve la posibilidad de asistir a un programa de Liderazgo muy transformador, en el que aprendí algo que cambió radicalmente mi perspectiva y que quiero compartir contigo:
“Todos los seres humanos somos líderes …y creamos nuestro mundo…todos los días…juntos!”, ¿qué simple verdad? Es simple pero no obvio.
Comencemos con el concepto de que “todos los seres humanos somos líderes”, si te fijas en lo que implica existir, sobrevivir y caminar la vida, te das cuenta que en realidad todos tenemos responsabilidades, y “áreas que gestionar”, como por ejemplo nuestra área financiera, social, laboral, espiritual, cuerpo, mente, emociones y espíritu. Cada día enfrentamos pruebas que requieren de claridad, competencia o habilidad y consciencia.
Si además tienes roles en donde tienes “poder” como el ser madre, jefe, maestra, empresaria, consejera, consultora, etc., estoy segura que has experimentado los límites de tu capacidad humana y te has visto en situaciones que requieren más de ti…más conocimiento, sabiduría, empatía, comprensión y, sobre todo: ¡más amor!
El liderazgo entonces se refiere a la experiencia de VIVIR, en la que mis decisiones dan forma al presente y futuro, y “crean el mundo”, el mío y el de los demás… el de mis hijos, vecinos, amigos, y desconocidos; sin duda una responsabilidad inmensa que requiere de entendimiento y destreza.
Si a lo anterior le sumas, que estamos en el año 2020, experimentando una Pandemia Global, que ha cambiado completamente el mundo en el que vivíamos, entonces el desafío de liderazgo es superior y podemos sentirnos más abrumadas y retadas.
Es acá donde la espiritualidad se vuelve la clave para sobrevivir, es decir para liderar y crear juntos el mundo que queremos. Debemos buscar en humildad la dirección en Dios para ser preparadas, entrenadas y capacitadas por Él para gestionar la complejidad del hoy y la del mañana. Para entender que, en medio de la dificultad, nuestro Dios se manifiesta mejor, no solo afuera con sanidades, milagros y prodigios que sin duda puede hacer, sino con el milagro interior de un carácter maduro y consciente dentro de nosotras, que nos permita administrar nuestras “áreas” y roles con total compromiso y sabiduría.
Te invito a que acerques a Dios y le pidas que te capacite y prepare para ser la líder de tu vida confiando en lo que dice el siguiente pasaje de la Biblia en Efesios 2:10 “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.” ; confía en que si te acercas a Dios como al Artista Supremo que te ha hecho su obra maestra, entonces Él puede capacitarte para hacer las obras que ha preparado de antemano para ti, para asumir tus roles con sabiduría y ser un verdadero agente de transformación y liderazgo en un mundo que tanto lo necesita.
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Efesios 2:10