Seguramente has escuchado este refrán más de una vez, ¿qué tan cierto es?
«Al casarnos juramos amor eterno en las buenas y en las malas, pensamos que de amor podemos vivir para siempre»
Cuando nos convertimos en padres, mi esposo y yo acordamos que dejaría de trabajar y me dedicaría al cuidado de la familia y el hogar.
Junto con tanta felicidad y amor también llegó una lista eterna de responsabilidades y compromisos económicos, comenzaron las angustias y las noches sin dormir pensando en cómo se cubrirían tantos gastos, decidí conseguir un trabajo como free lance que me permitiera apoyar a mi esposo en las finanzas sin descuidarlo a él ni a los niños.
Como bien sabemos no somos mujeres maravilla, cualquier trabajo absorbe mucho tiempo, me partía en mil para atender a la familia, la casa y el trabajo.
Cuando mi marido llegaba de trabajar obviamente tenía un humor negro, sumado al cansancio, era demasiado, así que deje de hacerlo.
Toda la responsabilidad del sostén familiar recaía sobre mi esposo, si tienen un buen trabajo bien remunerado, todo marcha bien, pero en esta vida siempre hay altas y bajas, un día hay empleo y al otro día te despiden sin más ni menos y ahí es donde comienza la guerra llena de angustias y miedos.
“La crisis económica en una pareja es de los golpes más intensos que pueden pasar, muchas parejas logran salir adelante, muchas fracasan y llegan al divorcio, ciertamente todo depende de cuánto amor exista entre ambos y cuánta madurez haya , para superar esta crisis”
Erich Fromm.
Cuando los ahorros ya no son suficientes para cubrir las necesidades de una familia es cuando comienzan a abrirse las puertas hacia los conflictos, los reproches y la magia que quedaba en la pareja se esfuma.
Aquí es cuando DIOS nos pone pruebas para saber que tanto confiamos en Él y que tan sólido es el amor que nos juramos al casarnos. Un matrimonio que solo es de dos seguramente no saldrá de esta crisis, pero si en nuestro matrimonio ponemos siempre a DIOS en 1er. plano, es una garantía que saldremos de cualquier prueba.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
Mateo 6:25-26
Amigas , en ésta y muchas circunstancias más debemos confiar en Dios, su voluntad y sus tiempos son perfectos, nuestro padre celestial siempre está trabajando en nosotros.
Dios jamás nos abandonó, nos mandó ángeles que son mis hermanos los cuales siempre han velado por nosotros, mi esposo siempre ha sido un gran hombre responsable de su familia y Dios le ha bendecido con diferentes trabajos.
Desde que Él existe en nuestro matrimonio todo marcha diferente y en paz.
Pasaremos por muchos conflictos, muchas pruebas difíciles, pero les garantizo que si ponemos en nuestra vida diaria a DIOS, Él jamás nos abandonará. Estas circunstancias nos ayudan a que valoremos lo que tenemos, a que el amor lejos de apagarse , debe ser más solido y debemos apoyarnos entre nosotros en todas las áreas: económicas, sentimentales, emocionales, de salud, ¡absolutamente en todo!
Seamos siempre agradecidos por lo que DIOS nos manda día a día.
Lo que la palabra nos aconseja es: “
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Mateo 19:6