Entre tanto favor, olvidé quién me había favorecido

Hola amiga, soy Frida y hoy quiero contarte algo desde lo mas profundo de mi corazón. Soy una mujer muy activa, siempre estoy haciendo alguna actividad, me encanta hacer ejercicio, servir en la iglesia, conocer nuevas personas, irme a tomar un café con mis amigas, aprender cosas nuevas, y si tú me conoces sabes que muy difícilmente puedo estar quieta. Me encanta estar involucrada en miles de cosas, aterrizar ideas y planearlas desde cero e ir viendo el proceso de cómo se desarrollan. No me gusta perder el tiempo, siento que siempre puedo estar haciendo algo más.

Te quiero decir que no está mal estar involucrada en mil actividades, pero cuando eso se vuelve una obsesión ¡puede quitarte lo más valioso! quiero compartirte esto para que no te pase lo mismo que a mí.

 En medio de tanto ruido y tanto ajetreo del día a día, descuidé lo más importante que es mi intimidad con Dios. ¿Y sabes qué es lo más triste de que eso pasara?, que ni siquiera me había dado cuenta que la había perdido.

Sentía que tenía el favor de Dios para todas las cosas, todo lo que hacía prosperaba y me iba bien, y ese pensamiento fue una trampa para mi corazón, me entretuve tanto administrando el favor que me olvidé de quien me había favorecido.

Un día meditando en su palabra y preguntado por qué había cambiado mi relación con Él, por qué había decidido alejarme y poner esa barrera entre Él y yo, por qué estaba vacía y trataba de llenar esos vacíos con miles de actividades, Dios me enseñó que era porque yo quería seguir siendo su sierva y no su amiga. Y hoy te quiero decir que la mayor promoción que Dios puede hacerte es llamarte su AMIGA.

Y me encanta como en Éxodo 33:12-21 Moisés quería ser amigo de Dios, Dios quería darle absolutamente TODO a Moisés; le quería dar riqueza, ser conocido, y todo lo que te puedas imaginar, lo único que no le daba era que Dios no iría con Moisés.

¡Qué GRAN prueba para Moisés! Y yo justo me encontraba en esa situación, sólo que a diferencia de Moisés yo había elegido las cosas incorrectas; y cuando leí este pasaje me di cuenta que muchas veces en mi vida elegí todo menos a Dios. Mucho tiempo tuve lo bueno de Dios, pero me estaba perdiendo lo MEJOR de Él, ¡me estaba conformando cuando Dios estaba buscando una relación íntima conmigo! Y me encanta cómo Moisés no se conformó, él quería siempre más y más de Dios. Y así como Moisés, yo hoy no me quiero conformar sólo con la Gracia de Dios, quiero más y más de Él.

Dios no medio ubicaba a Moisés, ¡Dios conocía a Moisés por su nombre! Y seguramente tú sabes la diferencia entre conocer a alguien, y medio ubicar a una persona. Y así es como hoy yo quiero ser conocida por él, quiero ser conocida, como su amiga.

Lo que la palabra nos aconseja es: Tú me has estado diciendo:

“Lleva a este pueblo a la Tierra Prometida”. Pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. Me has dicho: “Yo te conozco por tu nombre y te miro con agrado”.

Éxodo 33:12